Un artículo reciente de Neuron explica cómo una incorrecta formación de sinapsis contribuye al desarrollo del síndrome de Rett, una forma de autismo. La pérdida de función del gen Mecp2 evita la maduración y el refinamiento de sinapsis del niño en respuesta a los estímulos del entorno, en el momento de máxima sensibilidad a tales estímulos.
«The brain of an autistic child looks normal, but there’s a subtle difference in connections that has to do with how they process experiences. If you could diagnose early enough, there might be a way to alter the course of the disease by modifying experience, such as through intense one-to-one therapy.»
Así lo describen en la página del laboratorio.