El hombre que se volvió fan de Johnny Cash

Un caso para la serie “Historias de la Neurociencia”. Creo que la estimulación cerebral profunda (DBS por Deep Brain Stimulation) nunca dejará de perturbarme.

Esta técnica está suponiendo una mejora considerable en la calidad de vida de personas con alteraciones neuropsiquiátricas de lo más variadas, desde frenar en seco los temblores en casos de Parkinson refractarios al tratamiento hasta cambiar radicalmente el humor de personas con depresión severa. Es el equivalente a los marcapasos cardíacos pero aplicados en regiones concretas del cerebro, para restaurar su actividad normal. Como es lógico, mientras que para trastornos del movimiento su uso está ampliamente aceptado, la aplicación en enfermedades que implican un cambio en el comportamiento suscita muchas más dudas morales. Más allá de las distopías que podamos llegar a imaginar, hoy en día ya se usa en la clínica y ha supuesto un salto cualitativo en los tratamientos. La Ciencia da mucho en qué pensar.

En este caso, un hombre con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) incontrolable con medicación se sometió a la cirugía: le implantaron electrodos en el núcleo accumbens. Las neuronas de esta zona del cerebro procesan la recompensa y calman nuestra ansiedad, entre otras situaciones, cuando conseguimos alimento o sexo (aquello que nos es necesario para sobrevivir) o en general cuando algo nos provoca placer. Esto también pasa cuando completamos con éxito alguna tarea. El núcleo accumbens se encuentra alterado, por ejemplo, en las adicciones, o también en el TOC, lo que puede explicar que quienes lo padecen tengan la necesidad de repetir una y otra vez aquello que les calma la ansiedad, ya sea consumir una droga o realizar una secuencia de acciones, como Jack Nicholson en Mejor Imposible. Pues el caso es que después de la DBS, el paciente en cuestión se libró del TOC pero desarrolló un gusto en concreto: se hizo fan del bueno de Johnny Cash.

Maravillas del cerebro… y lo que nos queda por saber.

 

Para leer más sobre el hombre al que la DBS de accumbens para controlar su TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) le hizo fan del gran Johnny Cash, aquí tenéis la noticia completa.

El curioso caso de Phineas Gage

“Que pena de muchacho, le dice la gente en los bares…
(Kiko Veneno)

“El 13 de septiembre de 1848, Phineas P. Gage se transformó en un instante de un responsable capataz del Ferrocarril Rutland y Burlington  en un paria marginado y soez que era incapaz de soportar su vida como marido y como padre. El medio de esta remarcable transformación fue una barra de hierro de 3 centímetros de grueso y 109 centímetros de largo que atravesó el cerebro de Gage tras un grotesco accidente con pólvora negra.
(Jesse Glass, ‘La pasión de Phineas Gage y otros poemas’)

 
Cualquiera que se acerque al mundillo de la Neurociencia acaba conociendo el caso de Phineas Gage, con, probablemente, la corteza prefrontal más famosa del mundo. En el blog losporquesdelanaturaleza cuentan su historia, o también con más detalle en Historias de la Neurociencia, de la Universidad de Salamanca.

En cualquier caso, vale la pena conocer su historia. No somos nadie.