La fórmula preferida del profesor

Ciencia, matemáticas, sensibilidad y, sobretodo, la belleza de aprender.

Muy recomendable.

«Otra cosa extraña de las lecciones del profesor era que él utilizaba sin ningún problema la frase “no se sabe”. No era una vergüenza el no saber, sino sólo una señal que podía llevar hacia una nueva verdad»