Se habla de indefensión aprendida a la condición en la cual un animal (o animal humano) aprende que nada de lo que haga puede sacarle de la situación en la que se encuentra.
Un experimento clásico y terrible de condicionamiento para la indefensión aprendida, hecho con perros en los 60’s: un animal al que se le dan descargas eléctricas arbitrarias; puede tener una palanca en la caja, pero no le sirve para nada; puede incluso ver que otro animal tiene una palanca que sí hace que las descargas paren, pero no la suya. Frustrante y horrible. Es más, después le pasan a otra caja en la que la mitad del suelo está electrificada y la otra no lo está: sólo tiene que saltar una pequeña valla para no recibir descargas, pero ni lo intenta. La situación ya no es de indefensión real, pero la frustración le impide buscar soluciones que ahora sí serían posibles.